Llegan las entrañables fechas navideñas, que tanto nos gusta pasar en familia. Son fechas muy especiales para nuestros hijos, que lo disfrutan sobremanera y de una forma en que no sabemos, o no podemos, hacerlo los mayores. Para ellos son días mágicos que atesoran en su memoria y nunca van a olvidar.
Toca, cómo no, escribir las cartas a los Reyes Magos y, cada vez más, como si el mundo fuera a acabarse el siete de enero, a Papá Noel. Los niños lo pasan en grande pensando en todo lo que van a pedir y recibir y los mayores en lo felices que van a ser viéndoles disfrutar.
Conviene, ahora que son pequeños, que vayan incorporando a su ocio y sus gustos la lectura, que esta sea un placer y no una obligación. Y, si se trata de un placer, qué menos que pedir a los Magos, de Oriente u Occidente, unos libros con los que pasar ratos estupendos.
Nada mejor que pasar una tarde con ellos en una buena librería antes de escribir la carta: que miren, toquen, escojan… Cada uno ha de poder escoger y leer libros en función de sus gustos. Sin olvidarse de los libros clásicos adaptados a su edad. A veces son los olvidados pero, sin duda, van a encantarles.
Por último, me gustaría también recordaros que de lo único que un niño tiene que ser rico es de amor, de cosas andan más que sobrados, y ello hace que no sepan apreciarlas.
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